jueves, 12 de septiembre de 2013

¿Por qué le decimos Doc a Doc Escafandra?



Por: Antonio Monogan
Antonio Monogan y Doc Scafandra/foto: Ferdinand Landin
especial para Palladium

“La razón es muy sencilla”, dice Doc Escafandra, enfundado en su uniforme que parece brillar constantemente. Es muy difícil hablar con él, sobre todo porque todo el mundo quiere tocarlo, pedirle algo, tomarse una foto. Y él, sonriente, con una nariz que parece haber sobrevivido a varios golpes en una pelea de infancia, acepta mirar a una cámara y posar con todo niño, joven, chica, adulto y abuela que se le acerca. “Deja que pase esta tormenta y te respondo”, dice, sin dejar de sonreír.
Para muchos “Doc” es un alias, o quizás esconde estudios universitarios de cuarto nivel. O a lo mejor fue el resultado de largas jornadas en alguna sala de reuniones de un equipo de marketing de “Machina box”, la primera agencia de metahumanos que hemos conocido y en la que Doc Escafandra inició su carrera, aunque no tuviera mucha suerte y fuera enviado a otra en cuestión de semanas.

“¿Cómo podría imaginarlo? En ese tiempo era un tipo más, como todos los que desfilaban por la puerta principal, para que les diéramos una oportunidad”, dice Romulus Macabeus, quien fuera director ejecutivo de la extinta agencia. “Fue un error darle el paso a Dynamo Kraft. Me hubiera hecho rico. Sin embargo, la historia ha sido clara: Doc Escafandra estaba destinado a algo mayor y en Machina no teníamos la infraestructura para apoyarlo. Él lo cambió todo”.


Existen diferentes versiones sobre la historia del nombre del más grande metahumano que haya existido. Algunas son realmente ridículas, como la que cuenta Demóstenes Robbins, el tabernero del bar que Doc frecuentaba hace varios años. “Su enano favorito de Blancanieves es Doc, el líder del grupo. Por eso usó ese nombre. Lo de Escafandra no tiene misterio, pero lo de Doc, créame, es por Blancanieves”. Cuando se le pregunta de dónde sacó la información, el tabernero solo llega a decir que siempre la supo. Al tratarse de Doc Escafandra no hay duda: todos saben algo de él.

El héroe no se incomoda. Parte de ser una leyenda viva es dejar que las cosas que se dicen sobre él se hagan cada vez más grandes. ¿Es cierto que una vez consiguió estar en dos lados al mismo tiempo para salvar a una pareja de un incendio y a una chica de un accidente de tránsito? “Si algo de eso fuera cierto, créame que haría como Clark Kent y tendría dos citas al mismo tiempo con dos mujeres hermosas”. Luego de su comentario es fácil escuchar las risas de todo el séquito de comunicación de Dynamo Kraft que lo sigue a todo sitio, cuando se trata de hacer actividades de marketing.


Doc Scafandra a los 17 años/foto archivo

Donovan Cornelius Antonopulos es el nombre real, humano, de Doc Escafandra, el metahumano que a cada paso que da genera una leve estática. Saludarlo de la mano es sentir cómo el cabello se levanta, consecuencia de su propia estructura molecular, que es capaz de crear energía sin dañar en algo su masa. Sentarse frente a él es casi tener un pedazo de la historia del país y escucharlo hablar de su niñez es casi como oír los relatos de los años perdidos de Jesucristo. Admirador de Adam Spartan, a quien muchos consideran el primer metahumano, y que era la figura estampada en cuatro colores en la caja del cereal de la mañana, Donovan creció con la idea de estar cerca de sus héroes, de trabajar con los primeros metahumanos, sin pensar que en su propio código genético ya estaba todo predestinado. Luego de unos primeros años en absoluta normalidad, llegamos a ese momento que todo fanático de Doc Escafandra sabe: Tenía 17 años cuando cuatro ladrones entraron a su casa en el campo y maniataron a sus padres y hermanos. Él estaba escondido en su habitación, debajo de su cama, sin saber qué hacer. Sintió el mareo, la piel de gallina, el incendio en el pecho. Cuando escuchó cómo intentaban sobrepasarse con su hermana menor, Donovan se levantó. Todo empezó así. Luego fueron los golpes, el forcejeo en el patio trasero, la mirada extraña de la familia y la explosión que simplemente desintegró a los maleantes. La vida de Donovan cambió. “No es que yo haya querido esto, muchacho”, dice, “fueron las circunstancias. Mucho de lo que nos pasa a los metahumanos se da por las circunstancias que nos toca vivir”.

¿Por qué lo llaman Doc? “Sí, dije que iba a responder eso. Y la respuesta es muy sencilla: El día que llegué a Machina inbox y llené el formulario, quizás no lo hice con la mejor letra del mundo”. Cuando lo llamaron para la entrevista, la chica que leyó su solicitud en voz alta le pidió que se acercara a una puerta del segundo piso. Lo llamó “Doc”. “Cuando le dije que ese no era mi nombre, ella me mostró lo que yo había llenado y me dijo: Acá solo entiendo Doc”. Cuando el Doc leyó la hoja, se dio cuenta que las únicas letras que tenían sentido en ese garabato eran las D y O, de Donovan, y la C, de Cornelius. “Me vio y me repitió: Yo solo entiendo Doc, así que te llamas Doc, pasa”, recordó el más grande metahumano que existe en el mundo. Luego vino el traje y el resto de justificación para el nombre.

Doc Escafandra deja de hablar, mira con atención a uno de sus asistentes y contesta una llamada. Se levanta. “Debo cortar esta entrevista. Hay una emergencia”. No debe decir más. Camina hasta la puerta y desaparece en el cielo. En ese punto de la ciudad, muchos lo ven alejarse con la boca abierta, maravillados. En otro punto de la ciudad, muchos lo están recibiendo, en medio de gritos, como se recibe a la esperanza.




Doc Scafandra junto al Presidente Marcus l J. Milton


miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿Qué son las Crónicas Metahumanas?









Digamos que esta es una distopía, pero no está asentada en ningún lugar. 
Es un mundo que conocemos, pero que tiene sus particularidades.
Hay villanos con poderes... y hay quienes los combaten: los metahumanos.

Los metahumanos no defienden a la humanidad por amor a la raza. No.
Trabajan en esto.
Existen agencias de metahumanos, privadas, que dan seguridad y son contratadas, ya sea por el Estado u otras empresas, para acabar con los villanos que no los dejan en paz.

Hay horarios de oficinas.
Turnos.
Hay burocracia.
Corrupción, gente que se cruza en la fila de los bancos.
Señoras que miran mal a quienes no usan un perfume que conozcan.
Chicos que esperan que alguien se descuide para quitarle lo que llevan en las manos.
Y más burocracia.... porque no se puede hacer un comic en este lado del planeta sin incluir la burocracia.

Pero esto no es un comic.
Quizás sea un motion comic. Pero es más que eso.
Es toda una experiencia online, de la que poco a poco sabrás cosas.

Pronto aparecerá el primer episodio del volumen 1.
Sí, habrá más de un volumen.
Y mientras esté "al aire", podrás pasar por acá para saber qué hay de nuevo con este proyecto.

Digamos que esta es una historia de ciencia - ficción en la que solo nos preguntamos ¿qué pasaría si todo esto que nos imaginamos sucediera en un lugar con características familiares? 
Pues eso son las "Crónicas Metahumanas".

Gustavo Arguello - Eduardo Varas